Pero… ¿cuál es la clave para una depilación perfecta con resultados duraderos? La principal premisa, utilices el método de depilación que utilices, es la hidratación: sobre una piel hidratada la depilación no solo es mucho más suave, sino también más eficaz. El segundo punto, a no ser que te depiles con láser, es la exfoliación, que ayuda a eliminar las células muertas de la superficie de la piel y a “sacar” esos pelitos que a veces se quedan bajo la piel. Si te depilas con láser tampoco está de más exfoliar la zona (no lo hagas nunca justo antes de la sesión, como mucho, el día antes), pero siempre de forma muy suave para evitar cualquier irritación que pueda ir a peor tras el tratamiento láser.
¿Y cuál es el mejor método de depilación? El que más se ajuste a tus necesidades y a tu estilo de vida, pero teniendo en cuenta siempre que la mejor depilación es la que elimina el vello de raíz, pues es la más eficaz y la más duradera, y la que respeta la piel. Cera, depiladora eléctrica, láser o incluso los métodos más tradicionales como el sugaring (en lugar de cera se utiliza una especie de azúcar) o la depilación con hilo (mejor para zonas pequeñas, porque si no, se te hará eterno).
Si te gusta ir siempre perfectamente depilada sin esfuerzo, opta por el láser, pero hazlo siempre en un centro médico debidamente acreditado y que cuente con más de un aparatoláser (cuantos más tengan, mejor se adaptará la depilación a cada tipo de piel y a la evolución del vello a lo largo de las sesiones). Desconfía de los centros que intentan venderte que tienen “el mejor” láser, con el que hacen todos los tratamientos. Y mucho cuidado con los cupones.
Por último, y aunque te resulte la forma más rápida, intenta evitar depilarte con cuchilla o con crema: es cierto que es muy cómodo afeitarse las piernas en la ducha, pero además de agredir la piel, al cortar el vello lo fortaleces (en lugar de debilitarlo), y los resultados son mucho más efímeros.
En todos los casos, la hidratación posterior es básica, ¡no te la saltes!